Uva a uva, vendimia tras vendimia, la historia de Valdesil se ha ido labrando durante cuatro generaciones sobre el sustrato de un legado familiar conformado por un mosaico de pequeños viñedos –pezas– diseminados en las laderas más extremas del valle de Valdeorras, en la cuenca del río Sil, junto con una manera de entender el cultivo de la vid basada en el máximo respeto a la tierra.
A lo largo de estas cuatro generaciones hemos recuperado viñedos condenados a la desaparición y preservado variedades de uva ancestrales por las que nadie más apostaba.
Y en este viaje sin retorno, hemos conseguido crear vinos legendarios que despiertan emociones, trascienden el entendimiento y se enraízan indefinidamente en nuestra memoria.